8. OSTEOLOGÍA DE LA EXTREMIDAD SUPERIOR
8.1. Introducción
El estudio de cualquier hueso del cuerpo humano conlleva siempre, sin
importar su aspecto y localización, una serie de puntos comunes a los
que siempre se han de hacer referencia para sistematizar su conocimiento.
En primer lugar nos tenemos que plantear el tipo
al que corresponde; su lugar de ubicación dentro del esqueleto; el número
de huesos iguales con que cuenta el organismo ( si es par o impar); su
simetría y los huesos vecinos con los que se articula y por dónde. A
continuación el paso imprescindible para poder estudiar sus detalles
y describirlos es orientar dicho hueso en el espacio, lo que permitirá una
localización inicial de sus detalles en la posición anatómica para a
continuación, describirlos con detenimiento. Para describir el hueso
es conveniente dividir el mismo en partes, así para los huesos largos,
en general, se suelen estudiar por separado los detalles de sus epífisis
proximal y distal y su diáfisis; en los huesos planos se estudian sus
caras, bordes y ángulos intentando compararlos con una forma poligonal
y los huesos cortos se suelen sistematizar sus caras asignándole una
forma poliédrica.
En resumen el guión para el estudio de un hueso es el siguiente:
- Tipo de hueso, número de huesos iguales y simetría.
- Localización en el esqueleto y huesos vecinos.
- Orientación espacial.
- Forma y partes que lo componen
- Detalles de sus partes sistematizados en el espacio.

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